Alfredo Evangelista: “Gracias a Ali soy quien soy hoy en día»

AEBOX/Nacho Gutiérrez/ Hoy “El Más Grande” hubiera cumplido 76 años. Nos dejó un legado imborrable tras su fallecimiento y es de justica remarcar que muchos nos introdujimos en el boxeo, en gran parte, atraídos por la figura del genial boxeador de Kentucky.

Era, y seguirá siendo, un imán para diferentes generaciones, y no sólo por su boxeo, sino también por su estilo, “automarketing”, creencias y postura ante los convencionalismos de la América estadounidense más profunda . Él supo agitar y conmocionar el deporte de los sesenta y setenta, colocando al boxeo siempre en primera línea y dando lecciones de cómo promocionar un combate sin necesidad de oros u horteradas.

Hoy en Aebox rendimos homenaje al “Loco de Louisville” y lo hacemos con un testigo directo, con un rival que le aguantó 15 asaltos y que tras su enfrentamiento, vio cómo su carrera se vio catapultada al combatir con Alí. Hablamos de Alfredo Evangelista, el púgil hispano uruguayo que le plantara cara y que tantas noches de gloria ha dado al boxeo español.

Descolgamos el teléfono y hablamos con un Alfredo Evangelista que, como siempre, nos atiende de manera exquisita. “Don Alfredo muy buenas, le llamo desde Aebox y porque se cumplen años del nacimiento de Alí”. Nos recibe calurosamente: “¡¡Que tal niño, aquí estoy ya en casa que acabo de llegar del gimnasio…cuando tú quieras!!.

Imaginamos que al ex peso pesado le habrán preguntado hasta la saciedad sobre lo que supuso ese combate pero nunca tiene una mala respuesta:
“Para mí lo que supuso es llegar arriba… es pelea ha sido abrirme las puertas del mundo y me dio un respeto y la gente ya venía acojonada. He tenido combates buenos y el combate lo tengo grabado asalto por asalto. Ali fue lo más grande que he visto, esos kilos y como se movía, era `aguantador´ y showman y hay que vivirlo”.

Alfredo, ¿Te acuerdas cómo surgió la oportunidad? “Creo que me fui engañado…jajajaja. Martín Berrocal me dijo que podíamos firmar para combatir con Lucién Rodríguez y nos subimos al avión de la TWA pensando que iba a Francia. Ya antes me había dicho “¿Y si ahora peleas con Ali”…Yo no sabia que la TWA iba a Nueva York y encima del avión me entero que vamos a firmar el combate. Le interpelo: “¿En serio?”… “Te lo juro por mi madre…yo tenía fe y tenía hambre, quería boxear y traer a mi familia”, nos responde. “Sabía que si ganaba lo ganaba todo y si perdía pues no perdía nada pues ya me contentaba con estar en el cartel con Ali”.

¿Qué te llamo la atención a primera vez que lo viste?
“Me llamó la atención que venía con un sequito y con unos ojos de loco…no me conocía ni el taxista y cuando me vio me hacia los gestos…fue algo maravilloso con Ali…todo lo que ocurrió”.

¿Y el combate? ¿Cómo lo recuerdas?
“Hubo dos fases y en la primera creo que quiso jugar conmigo y me dió confianza y yo lo le falto el respeto… él trabajaba para la televisión… él te daba tiempo y yo fui poco a poco, y me fui afianzando y en el séptimo el intentó cambiar el rumbo. Pensaba que yo no iba ir hacia delante…y le planté ahí mis hue… Eso lo hacía con todos, les dejaba confiarse y lo hizo con todos”.
El Maestro Alcántara, que estuvo presente, me dijo que a Ali le “echaron una bronca” en mitad del combate como diciendo que ya había cumplido con la tele: “Ah …el maestro Alcántara es una persona excelente, mándale saludos. Y es en la esquina había tres afroamericanos de su equipo y entoces se enfada Bundini y le echa un broncazo”. «Yo le plante e hice mi mejor round en el doce, si sí yo creo que es mi mejor asalto. Recuerdo que le metí un gancho e hizo el ademan de dolerle pero después me metió una mano dura”.

¿Hablaste después del combate con Ali? “Yo no entendía muy bien el inglés pero sé que dijo que tenía un porvenir tremendo. Después lo vi en Las Vegas pero ya empezaba a estar aquejado de Parkison”.

Alfredo, ¿Cómo resumirías tu experiencia con Ali? : “Gracias a Ali soy quien soy hoy en día… y el me enseño. Es como si un hombre jugase con Pelé o un Messi e irrepetible…ha sido un placer”.

Un abrazo Alfredo y gracias por atendernos: “No, gracias a vosotros por recordármelo… yo también me acordaré de él y le dedicare unas palabras”