Hay que impedir que los oportunistas vayan de promotores.

AEBOX/Gonzalo Campos/ — Estamos cansados de ver el desamparo en el que se encuentran nuestros boxeadores profesionales cuando de suspender una velada se trata. Se supone que a los boxeadores se les paga por pelear en una gala organizada con el objeto de servir de reclamo para el público asistente a un evento organizado por un promotor que a su vez hace negocio con la gala. Hasta ahí todo correcto, pero, ¿Qué ocurre si a última hora como ocurrió ayer los promotores se arrepienten y deciden suspender la velada?

Como comentaba anteriormente, es obvio que a los profesionales se les remunera por pelear, pero para pelear hay que realizar un trabajo previo que no solo no está exento de gastos sino que muy por el contrario conlleva un enorme desembolso en forma de gimnasio, sparring, dietas, material deportivo y un sinfín de circunstancias que rodean a los deportistas profesionales.

Se suspende el evento y como los deportistas no han peleado no hay que pagarles, pero, ¿quién paga los gastos que ya ha realizado el deportista como medida de preparación para esa pelea? ¿Quién comprende el sacrificio que el atleta lleva a cabo los días previos al combate?…

Está claro que tal como está estructurado el boxeo hoy en día esto va a seguir ocurriendo, y no me refiero a las promotoras que están tirando del carro en nuestro país, no…     Que Gallego Prada hubiera realizado la velada que suspendió a primeros de este año, solo hubiera supuesto que no pudiera haber organizado las dos que posteriormente ha realizado con mucho éxito y donde han peleado casi todos sus boxeadores y algunos de otras empresas. Fue un varapalo para muchos deportistas, pero Gallego Prada se deja su dinero en el boxeo y eso está completamente contrastado, por no hablar de Maravillabox a la que he visto perder dinero en diferentes veladas con una sonrisa. Eso es ser profesionales.

Mi artículo de hoy va dirigido a esos oportunistas que ven la ocasión de hacer negocio y que por su incompetencia y desconocimiento del medio,  cuentan con salas que no han contratado y terminan a tres días de un campeonato de Europa, diciendo que no tienen dinero y que suspenden el evento.

Ayer ocurrió esto en Madrid y muchos deportistas se quedaron sin su pelea fin de temporada y sin los ingresos que ello conlleva, fallando estos emolumentos en sus casas, teniendo en cuenta que los boxeadores españoles están muy mal pagados.

La federación española debería sensibilizarse con los profesionales y no permitir a estos oportunistas operar como promotores sin depositar un aval por cada evento en la federación, durante los tres primeros años de ejercicio como promotora, hasta ver su seriedad y solvencia como compañía. Solo así se empezaría a respetar el trabajo de deportistas que renuncian a meses enteros de vida normal para entregarse a una profesión tan sacrificada como esta.

Espero que nuestra federación no permita a estos tres señores de ayer volver a acercarse a un ring de boxeo.