Heraldo.es/ — Dobló la rodilla el gran campeón. No perdió en el cuadrilátero, le derrotó la vida. El zaragozano Pedro Fernández Castilllejos (19 de febrero de 1952), el universal Perico Fernández, falleció en la madrugada de este viernes en el centro neuropsiquiátrico Nuestra Señora del Carmen de Garrapinillos, noqueado por el alzhéimer y la diabetes. Allí moró el excampeón mundial de los Superligeros los últimos meses de su vida, hospitalizado y tutelado por los servicios sociales del Gobierno de Aragón.
José María García, referente del periodismo deportivo en España en los 70, 80 y 90, retrató a Perico en el homenaje que se tributó en Zaragoza al excampeón el 16 de enero de 2012. “Ahora podemos presumir de una selección de fútbol campeona del mundo, pero antes estaba solo él y un pequeño puñado de genios como Manolo Santana, Severiano Ballesteros o Ángel Nieto. En la actualidad, solo Fernando Alonso o Rafa Nadal podrían compararse a la trascendencia y al impacto social que este superhombre tuvo”, dijó García. Ése, ni más ni menos, era Perico.
Pedro Fernández Castillejos creció en el orfanato de Zaragoza. Siendo un niño vio a Cassius Clay por televisión y se enamoró del boxeo. Educado en las leyes de la calle, se decidió a subir al ring. Su ascenso fue meteórico. Primero conquistó el título nacional ante Cayetano Ojeda ‘Kid Tano’ (3 de marzo de 1973). Después llegó el título europeo ante Tony Ortiz (26 de julio de 1974). Solo le quedaba el título mundial ante ‘Lion’ Furuyama (21 de septiembre de 1974). Perico había puesto en fila india al boxeo mundial. Todo el mundo se arrodilló ante el campeón aragonés. Fue el primer español en retener un título mundial, ante Joao Henrique (19 de abril de 1975), hasta perder la corona ante Seansak Muangsurin en Bangkok (15 de julio de 1975).
No perdió, se perdió Perico, que parece lo mismo pero no es igual. El extravío continuó. Unos años después abandonó el perímetro de las 12 cuerdas y descendió al cuadrilátero de la vida. Tres mujeres, cinco hijos… La fama y el dinero le abandonaron a la misma velocidad que le llegaron. Hace cinco años, en 2011, quedó desamparado. Unos amigos se lo encontraron en la calle Francisco de Vitoria de Zaragoza. Perico les confesó que dormía en un lupanar.
Se organizó un homenaje en Zaragoza y se logró recaudar un dinero y que el Ayuntamiento le cediera una vivienda social en la calle de San Blas. Pese a los cuidados, su estado de salud continuó deteriorándose. Una neumonía primero. Después, el alzhéimer y la diabetes. Visitas a la planta de Psiquiatría del Miguel Servet y a la UCI del Hospital Clínico, hasta ser acogido hace unos meses en el centro neuropsiquiátrico Nuestra Señora del Carmen de Garrapinillos, clínica que en la madrugada de este viernes abandonó camino del cuadrilátero eterno. Ha muerto Pedro Fernández Castillejos. Sigue viva la leyenda de Perico Fernández.
