AEBOX/Manuel Barrero/ — El púgil ucraniano Vasyl Lomachenko volvió a sentar cátedra en su combate del pasado sábado frente al norteamericano Jason Sosa. Lomachenko defendió por enésima vez el cinturón que le acredita como campeón de las 130 libras por la AMB, afianzándose más si cabe entre los mejores libra por libra del momento.
El combate arrancó con un Sosa enchufado en los primeros compases de la pelea ante un Lomachenko que sin pasar apuros era meticuloso en el estudio a su adversario, al que poco a poco fue tomando la medida aunque sin grandes alardes en el inicio del pleito. A pesar de ello, poco antes de finalizar el segundo asalto, el europeo asestó una amplia y rápida combinación que decantó el round de su lado presentando a un todavía bien asentado Sosa parte de lo que se le podía venir encima.
Comenzaba el tercero con la misma dinámica. Sosa salía con mucha actividad y dominaba el centro del ring ante un Lomachenko que con buena movilidad y esquivas, hacía fallar al americano, que aún con suficiente gasolina, tiraba continuos golpes tratando de meter buena presión al campeón. A partir de la segunda mitad del cuarto capítulo comenzó otra pelea,metiendo Lomachenko una marcha más a sus acciones ofensivas que desarbolaron por completo a un Sosa que comenzaba a mostrarse muy inferior.
Las líneas de rendimiento de ambos boxeadores ya se habían cruzado y comenzó el habitual despliegue ofensivo de un Lomachenko que empezó a disfrutar del combate dando muestras de su excelsa calidad. Cada minuto que pasaba, el castigo hacia Sosa se iba acrecentando. Mayor dominio de la distancia por parte del ucraniano, más y mejores golpes y los ya característicos cambios de ángulo eran una constante en un combate que comenzaba a tener un desenlace claro y fatídico para los intereses de Sosa. Del planteamiento inicial de la pelea, en el que Sosa dominaba el centro del ring y era Lomachenko el que boxeaba a la contra, pasamos a un dominio absoluto del zurdo, que llevaba de lado a lado del cuadrilátero a un Sosa abrumado por la velocidad de manos y en general, por la superioridad técnica de un Lomachenko intratable, que llegado el noveno y tras golpear mucho y muy duro a Sosa, obligaba a su rival como ya lo hiciera con Walters a abandonar sin salir a combatir el americano en el décimo round.
Suma y sigue un Lomachenko que, salvo en su prematura pelea frente al experimentado Salido de resultado ajustado y no menos discutido, no encuentra rival que tan siquiera sin llegar a vencerle, pueda poner en serios apuros al que para muchos es ya el mejor libra por libra del momento. De hecho, tras el combate frente a Sosa, parece que se van afianzando lo que hasta el momento eran solo rumores de una revancha con Salido, y que de llegar a realizarse nos pueda mostrar el progreso real de un Lomachenko del que solo el tiempo dirá hasta donde puede llegar.
