Nacho Gutierrez/AEBOX: El estadounidense Deontay wilder retuvo su corona del peso pesado, versión WBC, al vencer por nocaut en el primer asalto a su compatriota Bername Stiverne en el Barclays Center de nueva york.
El combate le hizo un flaco favor al boxeo debido a lo descompensado del enfrentamiento. Se vio un abismo entre uno y otro y el organismo que dirige Sulaiman debe tomar cartas en el asunto, pues si ya está mal esta categoría peor es designar a este tipo de boxeadores sin ambición y denostados.
El combate tuvo poca historia en lo boxístico y se baso en el uso del jab para mantener lejos al aspirante. Y la cosa cambió al entrar en escena la derecha de Wilder. Ahí es cuando el aspirante se fue a lona pero sin mucha presión, por parte del campeón, hasta entonces.
Se levanto y eso le hizo ponerse las pilas a wilder que ahora si apretó aunque un tanto desmarejado. Vino la izquierda y una derecha abierta y telegrafiada para enviar a lona por segunda vez al ex campeón.
La tercera y última caída vino con la consiguiente intervención del árbitro tras un aluvión de golpes abiertos de izquierda y derecha «aderezados» con un poco de teatro por parte de Wilder
No entendemos la alegría extrema de Wilder que tuvo que ser «sujetado» por el tercer hombre en plena muestra de su poderío. Ese detalle lo queremos ver ante Luis Ortiz o Joshua.
Victoria en el primer asalto que no sirve para maquillar el mal momento de la división
