Guillermo Rigondeaux no encuentra rivales.

El boxeo de elite, hace un buen rato que ha mudado sus códigos y pasó a primar el negocio por encima del deporte. Es triste aceptarlo, pero necesario aclararlo. La mayoría de los pugilistas que alcanzan el estrellato lo entienden y se adaptan siguiendo los consejos de sus manejadores. Guillermo Rigondeaux parece ser la única excepción.

El cubano, invicto y doble campeón mundial de los súper gallos OMB-AMB, sigue sin encontrar rivales a su altura. El tiempo parece conspirar contra sus aspiraciones, pero también hay otros factores que también lo perjudican: como sus inoportunas declaraciones y la aparente falta de estrategia de sus manejadores.Estuve presente en el debut del ex siete veces campeón nacional cubano y dos veces campeón olímpico Guillermo Rigondeaux, cuando noqueó a Juan Noriega en tres asaltos, el 22 de mayo de 2009 en el Fontainbleau Hotel de Miami Beach. Todos coincidimos ese día en que estábamos asistiendo al inicio del camino hacia la gloria de un futuro campeón mundial.

Los títulos no demoraron en llegar y el reconocimiento también, pero lo que nunca aparecieron fueron los buenos rivales ni tampoco el interés del gran público por su estilo de boxeo. Increíblemente, ese aspecto en la carrera del cubano, quedó grabado a fuego minutos después de su victoria más importante: cuando venció al filipino Donito Donaire, le arrebato el cinturón de monarca y además, le ofreció una clase de boxeo técnico y elusivo.Ese día, el promotor Bob Arum resumió el pensamiento de muchos: «Nadie duda del talento de Rigondeaux, pero va a costar encontrar rivales.

Con ese boxeo no se vende».De ese anuncio premonitorio del presidente de Top Rank, se van a cumplir dos años y nadie puede discutirle su verdad, ajustada claro al mundo que le interesa a los promotores: el del dinero y el de las ventas del espectáculo.Precisamente en su siguiente combate, en el Boardwalk Hall de Atlantic City, el 7 de diciembre del 2013, Rigondeaux enfrentó al ghanés Joseph Agbeko en una batalla insólita, candidata a ser destacada entre las peleas más aburridas de la década y que permitió asistir a un hecho inaudito; la platea abandonando el recinto y los pocos presentes asistiendo con cara de hastío a una batalla que hacia recordar los escenarios de los torneos entre aficionados donde solo asisten los familiares de los dos rivales.NI AVALOS, NI FRAMPTON NI MARTINEZ Con la batalla ante Agbeko, terminó el contrato del cubano con Top Rank y Bob Arum tuvo razón, Rigondeaux no encontró rivales.

Desde entonces ha peleado dos veces y en ambas oportunidades ha debido viajar a suelo asiático durante el 2014. En la primera para enfrentar a un tal Sod Kokietgym en Macao y la última, el pasado 31 de diciembre afrontar un peligroso duelo contra el japonés Hisashi Amagasa.Las dos peleas tienen todo el aspecto de alternativas desesperadas ante la falta de oponentes, porque oponentes posibles sí los hubo, el tema es que todos han dicho lo mismo: que no es el momento, que lo enfrentarán más adelante o simplemente «no es negocio enfrentarlo».Tras fallar los intentos de Jay Z, para llevarlo a su establo y trabajar junto al promotor británico Frank Warren, el equipo de Caribe Promotions se hizo cargo de manera exclusiva de la carrera de Rigondeaux y como gestión estelar, habían logrado que la pelea mandatoria contra el primer retador de la OMB, Chris Avalos, se realizara en Miami en el mes de septiembre último.

Pero por razones, en ese momento desconocidas, Avalos desistió del combate y pocos días después se supo que iría contra el británico Carl Frampton, que terminaba de arrebatarle el cinturón FIB de los súper gallos al español Kiko Martinez.El equipo de Rigondeaux no demoró en reaccionar y acusar de cobarde al californiano Avalos, al tiempo que trascendía la existencia de alguna oferta previa para que Frampton unificara títulos con Rigondeaux.Sin embargo, no tardó el promotor de Carl Frampton, Barry McGuigan, en aclarar que no estaban interesados en enfrentar al cubano. «Rigondeaux no aporta en términos de dinero o de atracción de los aficionados» sentenció McGuigan.

Un rival atractivo y que en su momento encendió la esperanza, era el español Kiko Martinez, el que hasta declaró estar interesado en enfrentar a Rigondeaux, pero todo acabó antes de empezar. El español decidió bajar a los gallos y e iría por el título AMB en esa categoría que ostenta el dominicano Juan Carlos Payano.TAMPOCO CON LEO SANTA CRUZAl cubano solo le restaba la alternativa de Leo Santa Cruz, campeón CMB, y la pelea con el beneplácito de Oscar de la Hoya, parecía que solo le faltaba ponerle fecha. Pero ocurrieron dos episodios inoportunos.

Por un lado las declaraciones de Guillermo Rigondeaux a ESPN donde le sugirió a Santa Cruz pedirle permiso a su padre para subir al ring.Rigondeaux es un gran campeón, pero no es Floyd Mayweather, que cuando quiere habla lo que quiere y ofende a sus posibles rivales, que lo enfrentaran de igual manera. El cubano, está en otra frecuencia, donde una palabra fuera de tono, puede ser el detonante para que se caiga un posible negocio.

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