Guillermo Rigondeaux Vs Vasyl Lomachenko: Cuando el boxeo se hace arte

AEBOX/Jose Luis Abad/ — Señoras y señores, ya por fin lo tenemos aquí, un combate que parecía que nunca iba a darse pero que al final va a poner a dos de los boxeadores contemporáneos más grandes que hay, y que seguramente quedarán inscritos en los anales de la historia.

Salvando su diferencia de peso y militancia en distintas categorías, el trabajo de promotoras y managers, y el deseo de los boxeadores ha hecho realidad el que va a ser uno de los combates de la historia del boxeo. Un duelo de estilistas zurdos con estilete, un combate de dos auténticos pura sangre, se trata del boxeo cubano en su máximo esplendor contra el boxeo de Europa del este evolucionado hasta su casi perfección. El próximo sábado nueve de diciembre, en el Madison Square Garden de New York y como combate estelar de la noche, como no podía ser de otra forma, medirán niveles de testosterona y talento el cubano afincado en Miami, Guillermo Rigondeaux, frente al ucraniano de oro, Vasyl Lomachenko.

Combate que se dará en la división superpluma y en el que se pondrá el cinturón de la WBO en poder del ucraniano en juego. Estoy escribiendo y no me lo creo aún.

GUILLERMO “EL CHACAL” RIGONDEAUX (17 – 0 – 0, 11 KO).

Cuando se trata de describir a un boxeador como el Chacal, es imposible hacerlo dentro de unos párrafos porque es tanta la información que habría que dar, que podríamos rellenar varios artículos nombrando cualidades del demonio cubano.
El otro día conversaba con mi amigo Chema Pedregal y fue él el que acertó de pleno en definir al genio de Santiago de Cuba, “Lomachenko es muy bueno, pero Rigondeaux es excelso”. Sin duda no hay palabra que defina mejor en conjunto al boxeador santiaguero.

Virtudes encima de un ring tiene muchísimas: boxeador de ataque y contraataque letales, una defensa de ciencia ficción de “ahora me ves, pues ahora no me ves y te llevas tres golpes para volver a verme otra vez…”, un hombre que dosifica sus fuerzas de una forma extremadamente inteligente, tanto, que nunca se le ha visto ni la más mínima muestra de agotamiento en el encordado… Habría que escribirle una canción que empezara…”cuando nadie me ve, yo te pego otra vez…”.

Es cierto, este que os escribe es muy de Rigo, pero es que el cubano nunca deja de sorprendernos, no solo con su forma de boxear, sino con su arma más mortífera: la tremenda confianza y seguridad que el cubano tiene en sí mismo y en sus posibilidades. El demonio cubano piensa que no ha llegado aún a su cima con treinta y siete años, lo que hace que su mente y cuerpo estén en continua evolución boxística y física.

De su golpeo que vamos a decir, el cubano pega duro, muy duro, es explosivo, rápido y contundente, y lo mejor de todo, nunca se descompone aunque los ataques sean muy rápidos. Sus rectos de izquierda son letales, y si no le preguntamos al inglés James Dickens, que no pudo continuar la pelea con Rigo porque éste le “quebró” (como él dice) la mandíbula de un solo golpe. También le podemos preguntar al japonés Amagasa, que sucumbió ante su público al poderío del cubano teniendo que visitar posteriormente el hospital.

Sus rectos son sus golpes más letales, pero sus hooks en contragolpe con ambas manos son terroríficos. Preguntemos al señor Nonito “Filipino Flash” Donaire, que vio frenada su carrera meteórica después de una masterclass impresionante de cómo se debe anular el boxeo de un hombre que en ese momento estaba en la cima. Nonito lo tiró, sí, pero fue peor, porque Rigo se levantó y casi lo noquea.

Es un ejemplo de timing perfecto, de equilibrio, de estabilidad, no he visto mayor estabilidad en un boxeador, de suavidad en sus desplazamientos, de ejecutar todas las disciplinas a la perfección. El único problema que ha tenido el cubano es que su oponente no le motive, entonces se viene abajo y se le acusa de aburrido, pero señoras y señores, el sábado no será el caso.

VASYL “HIGH-TECH” LOMACHENKO (35 – 3 – 1, 27 KO).

Estamos ante un boxeador confeccionado para ganar, ante el riguroso y siempre ordenado boxeo de Europa del Este combinado de forma letal con desplazamientos y apertura de ángulos imposibles, que hacen que este boxeador no tenga contestación por parte de sus rivales.

Sus tres últimos combates hablan por sisólos: aburre y frustra a sus adversarios hasta tal punto que sus esquinas tiran las toallas. Primero fue Walters, cuyo poder de pegada no sirvió para nada ante la rapidez, explosividad y fundamentos del ucraniano. Después le siguió Sosa, que veía impotente, cómo el púgil eslavo no sólo lo superaba, sino que lo humillaba. Por último un Miguel Marriaga, durísimo pegador colombiano, que no entendía nada de lo que estaba sucediendo en el combate, directamente es que ni veía a Lomachenko.
Con estas credenciales se presenta la amenaza del Este en este combate, en el que tenemos que decir que lleva la ventaja del peso, eso es así. El ucraniano pelea en su división que es el superpluma mientras que Rigondeaux sube dos divisiones desde el supergallo.

La única vez que he visto a Lomachenko repartir castigo letal fue contra el boxeador puertorriqueño Román “Rocky” Martínez, ahí se vio el daño que hace el ucraniano en su golpeo proporcionándole al público un KO espectacular. Después de este combate, la misma sintonía en sus rivales: frustración, rabia y el consecuente abandono.

La primera vez que ocurrió eso, frente a Walters, no me cuadró mucho el comportamiento del jamaicano, pero cuando ya ha pasado tres veces seguidas es que forma parte de un gameplan perfecto por parte de Lomachenko y su equipo. Estamos hablando de tres boxeadores que basan su boxeo en su terrible pegada, y que sin ella, no tenían nada más que ofrecer y se vieron como individuos indefensos a merced de la calidad del púgil ucraniano. Nada fácil esta tarea.
Estamos ante otro boxeador que domina todas las fases de un combate, todos los tiempos y todas las distancias. Sabe boxear en largo y en la corta distancia nunca deja de proponer pelea con muchísima creatividad y movilidad. Boxeador incómodo donde los haya y el sobrenombre de High-Tech le viene como anillo al dedo.

EPÍLOGO.
El duelo está servido, mis queridos lectores y amantes del boxeo de verdad. Aquí tenemos a dos campeones sólidos, contundentes, incontestables, solventes, dominantes y confiados, poniendo en peligro cada uno su esencia, convicción y legado. Esta pelea es mucho más que el campeonato del mundo que pone en juego el ucraniano, aquí nadie habla de cinturones por primera vez en mucho tiempo, aquí se está hablando sólo de boxeo verdadero, ni siquiera los boxeadores le dan importancia al cinturón. La trascendencia de este combate es mucho mayor y eso lo sabemos todos.
Dos boxeadores con una carrera amateur meteórica, que se admiran y se respetan mutuamente aunque Lomachenko haya manifestado va a “destrozal” al cubano. Lomachenko parte como favorito porque muchos adeptos ven el peso como algo determinante en este choque; y yo les digo que se fijen en el tamaño de Nonaire cuando subieron al ring los dos en el 2013, Rigo sabe cómo boxear a un oponente que le aventaja en peso.

El próximo sábado estoy plenamente convencido de que el boxeo se hará arte, y no solo eso, se hará inolvidable, inmortal en los guantes de estos dos genios superdotados. Los dos llegan a este combate con un altísimo grado de motivación y confianza, y van a ofrecernos un espectáculo digno de un combate que seguro quedará en nuestra retina en la historia de nuestro amado deporte.

¿Podrán la confianza en sí mismo, la sabiduría extrema encima del ring y la terrorífica efectividad del cubano, frente a la propuesta de boxeo imposible, la solvencia y el ritmo desenfrenado del ucraniano? ¿Lograrán las afiladas garras del chacal imponerse al armamento de alta tecnología del Este de Europa?

El que escribe se moja, y piensa que aunque el ucraniano es un tremendo boxeador, Rigondeaux está un peldaño por encima y que el peso no va a ser ninguna dificultad para él, es más, en su preparación ha sido una preocupación menos dicho por él. Desde mi punto de vista, la forma de leer y conducir los combates del cubano no tienen parangón.

Señoras y señores, este duelo de cerebros boxísticos está más que servido.

Y como este medio es un medio pasional, de gente que nos gusta escribir a golpe de latido del corazón, desde aquí quiero lanzar un mensaje: SAÚL TEJADA, CADA PASO HACIA ADELANTE QUE DAS EN TU RECUPERACIÓN TODOS LO DAMOS CONTIGO. SIGUE ADELANTE Y NUNCA DEJES DE LUCHAR, TE ESTAMOS ESPERANDO…