AEBOX/Juan Álvarez.
Al noble arte de los puños, la ciencia alumbrada en tiempos de Homero y perfeccionada y reglamentada gracias al Marqués de Queensberry, se le cruzan en muy contadas ocasiones boxeadores capaces de resolver todos los interrogantes que este deporte puede ofrecerles. Este sábado pelea uno de ellos.
El 7 de mayo y alumbrado por el ya clásico recinto T-Mobile Arena de Las Vegas, Saúl “Canelo” Álvarez se enfrentará a Dimitri Bivol por la faja ecuménica AMB en la división de los pesos semipesados.
De paletero tapatío a libra por libra. Piel y pelo cobrizo que comienza a tocar en oro todo lo que toca, la historia boxística de Saúl Canelo Álvarez es la de un deportista con la determinación de superar todos los interrogantes hasta demostrar de manera indiscutible que él y solo él es el actual libra por libra y rostro del boxeo en la actualidad. La terna de sus diez últimas contiendas ante boxeadores altos, bajos, estilistas y fajadores, jóvenes y veteranos… todas victorias excepto las tablas contra Golovkin.
Estilo pulimentado pleito tras pleito y al que cada vez le quedan menos fugas, Canelo se enfrenta a esa anómala sensación en la que empieza a quedarse sin rivales de su nivel. La búsqueda de esta nueva división no es sino un nuevo reto propiciado en parte por su férrea dictadura en los supermedios donde ganó a todos los campeones vigentes y arrebatarles en poco más de un año todos los cintos.
Movimiento de cadera y cabeza exquisito, inteligencia sobre el cuadrilátero y capaz de alternar el cerebro con el corazón, cada cosa cuando toca. Pegador cuando toca ponerse el mono de trabajo en la distancia del dinero y, cuando no, combinación corta de golpes, reestructuración de la posición y vuelva a comenzar las hostilidades.
Mimbres suficientes para resolver todos los interrogantes del boxeo y hacer historia.
Ni Napoleón ni Hitler aprendieron la lección. Rusia se defiende con su tamaño. Una vez entras en ella, no puedes salir de ella sin su consentimiento o su victoria. Su inmensidad atenaza, aplasta. Consume.
El mismo tamaño que defiende a la madre Rusia y le ha procurado innumerables victorias militares a lo largo de su historia es la misma que atesora uno de sus hijos aventajados. Uno de sus alumnos aventajados. Dimitri Bivol será el próximo sábado Rusia. Del fuego mexicano de su rival a la ventisca gélida de su Tokmak natal. Un frío que afeita los pómulos a navaja y forja hombres duros. Hombres criados en el lugar donde los hombres no acostumbran a sobrevivir. Donde otros pierden los dedos de las extremidades ellos rompen a sudar.
Como muchos de sus compatriotas, Bivol alberga un récord profesional engañoso. A pesar de que su vigésima pelea será este sábado en contra del tapatío, cuenta con más de trescientas peleas amateur y en el campo del profesionalismo sigue invicto y defendiendo su cinturón desde hace un lustro. Como un bosque tupido que alberga peligros nocturnos, el aparentemente apacible bagaje de Bivol contiene el puro mal en su interior.
Estilo bronco, rústico pero efectivo. Suficiente. Todo lo necesario para actuar y funcionar, como un Lada que tras cuarenta años sigue funcionando sin cambiarle el aceite. Algo tendrán estos estilos tan simples que, a pesar de ser conocidos por todos, no son descifrados por nadie. Combinaciones cortas capitalizadas por un jab que amartilla a su rival y movimientos más que aceptables para su tamaño y tonelaje, no es Bivol el más indicado para compartir una noche plácida.
Los mimbres son éstos. Para cada uno de ellos surge la eterna pregunta que se hacía Lenin ¿Qué hacer?.
Sául Álvarez deberá ejecutar un plan de ataque parecido al que usó contra Kovalev. Paciencia fuera de su distancia, funcionando a los dictados de un rival con un alcance mayor y más dominante que el suyo. Una vez sea capaz de descifrar su defensa y entrar en el recinto amurallado de la humanidad de Bivol debe ser el momento de soltar las deflagraciones. Tal vez sea ésta una pelea en la que Canelo entre más en la corta que lo que últimamente nos tiene acostumbrado, aunque, con toda probabilidad, se decantará por combinaciones cortas de golpes, ir sacando asaltos uno tras otro y ver, si se da el caso y si el cálculo de daños lo permite, no confiar en el criterio de las tarjetas de los jueces.
En lado estepario, a priori, velarán armas con una estrategia diametralmente opuesta. Sus golpes rectos tienen que ser masas de cemento que se deben proyectar de manera masiva hacia el tapatío. Bivol tiene que mantener a raya y fuera de la distancia a Canelo si no quiere que en la corta distancia se le complique la contienda. Más limitado técnicamente, el ruso pondrá todas sus fichas en la casilla de la pegada contundente que posee antes de girar la ruleta.
El 7 de mayo nos enfrentamos a una nueva prueba histórica que el boxeo pone a uno de sus hijos. Canelo se aventura a una nueva hazaña deportiva y Bivol, entretanto, golpeará el aureola del mejicano hasta precipitarlo a la lona y hacerlo añicos. Combate trepidante y de pronóstico reservado con un final que no sabremos hasta el tañido final de la última campana. Hasta entonces, ambos tendrán tiempo de efectuar sus preguntas.
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