De como Heredia III sin hacer nada provocó la guerra con la EBU – Por Carlos Utrilla

Carlos Utrilla

AEBOX —  Ocurrió en la segunda mitad de 1981 y el protagonista “pasivo” de esta historia es el gran y espigado José Luis Heredia,  miembro de la saga malagueña. Heredia III vivía su segundo reinado como monarca nacional del peso ligero (en el primero tuvo que abandonar el cinturón tras proclamarse campeón de Europa en el peso inmediatamente superior) cuando, tras derrotar a Rodolfo Sánchez, fue nombrado aspirante oficial al europeo de la categoría.

En aquella época, el monarca continental era Giuseppe “Joey” Gibilisco, el siciliano forjado en Australia que regresó a Europa para hacer carrera en su país de origen y que había sorprendido a todos al masacrar a Charlie Nash en Dublín. Y aquí es donde aparece el verdadero protagonista, el promotor bilbaíno Xavier Azpitarte, conocido sobre todo por su posterior faceta de comentarista en el mítico programa Pressing Boxeo.

En fuerte apuesta, Xavier Azpitarte ganó la subasta con el objetivo de celebrar el combate en Málaga el 29 de Agosto en la Plaza de Toros. El éxito estaba prácticamente asegurado, aunque el montante de la velada era muy elevado, ya que la subasta se fue casi hasta los cuatro millones de pesetas. Pero el plan del promotor era hacerse con la organización, esperar que Heredia ganase y, acto seguido, enfrentarlo con un hombre de su equipo, el mencionado Rodolfo Sánchez, al que el malagueño acababa de derrotar con el campeonato de España en juego.

Sumando las dos recaudaciones, la de Málaga y la de la hipotética pelea que llevaría a Miranda de Ebro, patria chica de los Fernández, las cuentas cuadrarían y confiaba en que el cinturón acabaría en su poder. Sin embargo los planes se torcieron cuando la EBU anunció que el ganador del combate entre Heredia y Gibilisco debería defender contra el británico Ray Cattouse en un plazo corto de tiempo (parece que 45 días, aunque se dijo de todo, hasta 20), lo que no dejaba espacio para cumplimentar su estrategia. Después de que el organismo europeo se mantuviera inflexible ante los razonamientos del promotor vasco, este comentó que entonces no le interesaba la organización del evento.

Los italianos Franco Morasca y Cesare Carrara, derrotados por Azpitarte en la subasta, aceptaron organizar el combate pero por el precio que habían ofertado. La EBU dio el visto bueno pero convino a Azpitarte a que pagara la diferencia entre lo ofertado por él y lo que ahora pagarían los transalpinos: algo más de un millón de pesetas. Lógicamente, el vasco les comentó que además de cornudo, apaleado: no organiza el combate y ¡debe pagar por él! Ante el cariz que tomaban los acontecimientos, la FEB intentó mediar en medio de la gran confusión existente y garantizó que tras hablar con todas las partes seguía en pie el combate para la fecha fijada, 29 de Agosto.

Tras muchos tiras y aflojas, petición del equipo italiano de retrasarlo una semana, negativa por parte española, aceptación transalpina de pelear en la fecha inicial… Azpitarte, viendo cómo se acercaba la fecha, decidió “desaparecer” sin que nadie pudiera contactar con él. De hecho, no fueron pocos los que preguntaban uno o dos días antes, si había combate o no.

Las soluciones fueron dolorosas. Por una parte, el campeonato acabó en Sicilia, en Taormina. Un difícil escenario y rival para Heredia III que, tras comenzar francamente bien, fue llevado al estilo de intercambio del italiano, donde la falta de pegada del español poco tenía que hacer. Desde el 4º, el malagueño tuvo que tirar de valor para escuchar cada campanazo y en el 9º, y cuando se levantaba de su séptima caída del combate, las acciones fueron detenidas.

Por otra, la EBU sancionó a Azpitarte con la prohibición a perpetuidad de organizar campeonatos de Europa. Sin embargo, los promotores españoles de primera, unidos, decidieron no organizar ellos tampoco europeo alguno hasta que se levantara ese castigo, que era considerado desproporcionado y consecuencia de una acción caprichosa del organismo europeo: no dejar una defensa voluntaria al posible campeón.

A mediados de Noviembre, y después de un cruce de declaraciones durísimo entre el secretario general EBU Sr. Pini y el promotor, quien  llegó a compararle públicamente con Mussolini, Azpitarte veía levantada la suspensión aunque debía pagar 200.000 pesetas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *