Floyd Mayweather no tiene escapatoria.

AEBOX/ — La larga previa de una posible batalla entre Floyd Mayweather Jr. y Manny Pacquiao, tuvo esta semana un histórico capitulo, que permitió conocer hasta qué punto suma la presión encima de las decisiones del estadounidense, mientras deshoja la margarita del «peleo o no peleo»

Y cuando hablamos de presión, nos referimos a una verdadera avalancha de reclamos y pedidos para que de una buena vez, acepte, firme y se suba a un cuadrilátero con el filipino. Presión de la prensa y de las grandes cadenas de televisión; presión de los organismos (como el CMB), presión de su familia, presión de ex y actuales boxeadores, presión de ex rivales como Canelo Alvarez que está decidido a pelear en la misma fecha contra James Kirkland, presión de promotores, de figuras del espectáculo y por sobre todas las cosas, presión de la afición, que se ha volcado a las redes sociales, como nunca antes lo había hecho, exigiendo que esa batalla se cumpla si o si durante el 2015.

A eso sumemos el ultimátum de Manny Pacquiao, que solo le otorgó plazo hasta el 31 de enero para decidirse e inteligentemente envió un equipo a adelantar conversaciones en Londres con la gente de Amir Khan. ¡Vaya casualidades! El filipino debía estar presente en Miami para oficiar de jurado en el certamen de Miss Universo y decidió presenciar un juego del Miami Heat, algo que también eligió hacer Floyd Mayweather.

Si, el mismo Floyd que «casualmente» viajó a Miami en la misma fecha que Pacquiao.El resto es historia conocida, aparecieron en la pantalla del American Airlines Arena, se saludaron en el intervalo del juego y luego sostuvieron una reunión de una hora en la habitación de Pacquiao. «En buenos términos» según dijo, Michael Koncz, asesor de Pacquiao, quien estuvo presente en la reunión.¿Qué lectura le damos al increíble suceso? Muy sencillo de responder: Mayweather ha comprendido que ya es casi imposible retractarse de aquellas palabras que pronunció el pasado mes de diciembre, en San Antonio, frente al micrófono de Showtime, dirigiéndose a Manny Pacquiao.

«Vamos a pelear, vamos a darle a la gente lo que la gente quiere» y pidió que el combate se realizara el próximo dos de mayo.Luego, apareció la mano del promotor Al Haymon, al menos eso trascendió, y le habría hecho una oferta a Miguel Angel Cotto para que fuera la alternativa natural. O sea, no habría pelea. Lo que nadie sabe es si esa decisión la estaba tomando Haymon o ya la había tomado Floyd. El asunto es que Cotto, se bajó del autobús de su pactada batalla contra Saúl «Canelo» Alvarez, sin dar muchas explicaciones sobre su decisión.Ya todos daban como un hecho la revancha de Floyd-Cotto y una nueva frustración de ver por fin a Mayweather ante Pacquiao.

Sin embargo en las dos últimas semanas ocurrieron algunas cosas que se supieron y otras que simplemente pertenecen al reino de la especulación. Por un lado Haymon anunció el inicio de un certamen de boxeo y su debut como promotor en TV con carteleras en Spike y NBC utilizando a pugilistas de su nutrido establo y asociado con otras promotoras como Goossen Promotions, Warriors Boxing Promotions y DiBella Entertainment.Por el otro lado, se volvió inocultable el enojo de la afición con la posible cancelación de la pelea (Floyd-Manny) , a lo que se suma la crítica de toda la prensa del boxeo y el anuncio de Canelo Alvarez de que está decidido a pelear el 2 de mayo ante James Kirkland, en San Antonio y en programa abierto de HBO (no PPV).Ante ese escenario, es inevitable realizarse varias preguntas. La primera relacionada con Haymon.

Si el promotor Haymon estuvo detrás de la movida de Miguel Cotto y él ha sido el factor principal de una posible marcha atrás en la batalla Floyd vs. Pacquiao. ¿Cuál interés habrá sido el que primó en esas gestiones? ¿El deseo de no arriesgar el invicto de Floyd y permitirle un sexto título o tal vez, el interés propio (de Haymon) de que la contundencia de la promoción del mega combate entre Floyd y el filipino, hiciera pasar desapercibido el debut de sus carteleras de los viernes, plagadas de campeones, pero a los que nadie les otorgaría importancia alguna?Aclaro que son especulaciones, sin embargo, Floyd actuó en estos días como si también hubiera manejado alguna especulación parecida en el laberinto de sus indecisiones. Floyd debe tener respetables dudas sobre el éxito de una posible revancha contra Cotto y por más de una razón. Porque sería más de lo mismo, el boricua no tiene chances de derrotarlo y la gente lo sabe.

Y la razón esencial: la competencia de otra cartelera, el mismo día, con Canelo Alvarez como principal atracción. Y es que los números hablan por sí solos. Cuando Floyd enfrentó a Canelo se vendieron más de dos millones de PPV. En sus últimas dos peleas (contra Maidana) las ventas no pasaron del millón. Esa diferencia la determina el público mexicano, el que sigue a sus pugilistas sin importar su calidad. Y esa matemática, es la que también maneja un hábil negociante como Floyd que defiende con uñas y dientes su «autoproclamado» derecho a pelear en las fechas patrias mexicanas de mayo y septiembre.

Su viaje a Miami, su teatralizado encuentro «casual» con Pacquiao y esa reunión de más de sesenta minutos en la mismísima habitación del hotel donde se alojaba el filipino, parecen ser el resultado de esas dudas y tal vez, el inicio de una recomposición de su imagen frente al público que paga por verlo pelear y en definitiva lo tiene encumbrado en la posición de mejor libra por libra del planeta.Si Floyd decide no pelear contra Pacquiao, es posible que sobreviva su invicto, es posible que con suerte supere el millón de ventas de PPV ante Cotto, es posible que se lleve con facilidad un inédito cinturón mediano y es posible también que todo ello beneficie al debut de Al Haymon como promotor de peleas televisivas.

Pero es cierto que a partir de esa «rajada» Mayweather entraría a la historia por la puerta del fondo, sería un paria en el salón dorado del boxeo y al mismo tiempo que la afición lo tendría que aceptar compartiendo un lugar junto a otros inmortales, siempre lo recordaría como el campeón aquel que sembró el último tramo de su carrera de victorias sobre rivales a modo y la única vez que le exigieron demostrar su valor ante el otro mejor de su generación, careció de valor para enfrentarlo.Todo eso habrá pasado en estos días por la cabeza de Floyd y a sus oídos habrá llegado, no solo el clamor de los fanáticos, también las voces que al unísono lo acusan de tener miedo de subir al ring con el filipino. Tal vez, eso explique su cambio de actitud y también justifique la histórica reunión en Miami.

Las gestiones se encuentran en un impasse y la incertidumbre es total, aunque la esperanza parece verse alimentada con esa reunión de Miami. Ahora es posible que la pelea sí ocurra y es posible que la realidad sea tan fuerte que a Floyd no lo quede otra salida que «disparar hacia adelante».   Como sea lo que ocurra, hoy hay tres grandes certezas. La primera es que Miguel Angel Cotto , pudo haber cometido el mayor error de su carrera al desistir de su batalla contra Canelo Alvarez y corre peligro de quedarse sin pan y sin la torta. La otra certeza, pasa por la inteligente actitud de Manny Pacquiao, que luego de firmar todo lo que le pusieron por delante para realizar la batalla y dar un ultimátum a Floyd, lo obligó a dar un paso adelante en el sentido correcto. La tercera certeza es de que a Mayweather no le quedan muchas opciones. Acepta la pelea o asume el fracaso. Por ello lo del título: ‘no tiene escapatoria».

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