Sergio «Maravilla» Martínez: «Mi cuerpo abandonó el barco en la pelea contra Cotto».

PRIMER GUANTE entrevistó a un Sergio «Maravilla» Martínez sincero, ecuánime y reflexivo. Habló con humildad y con franqueza sobre su derrota frente a Miguel Cotto y también de la actualidad con la irrupción de Gennady Golovkin a la cima de la división.

¿Cómo viste a Gennady Golovkin?

Golovkin es un boxeador que pega muy duro. Pega bien, es joven y tiene muy pocos golpes recibidos. Sin embargo, paga un precio que no debería pagar, recibe golpes innecesarios (los podría evitar por sus condiciones). Pero está peleando en un nivel altísimo. Tiene un instinto asesino, va a arrasar en los medianos.

¿Te imaginaste alguna vez cruzártelo a Golovkin?

Sí, en los pasillos. Jajaja Pero arriba del ring, no. Tenemos tiempos diferentes. Tenemos 3 años de distancia con Golovkin. Cuando yo tenía un nivel muy alto, el recién estaba empezando. Si bien venía cortando cabezas, no dejaba de tener tres o cuatro peleas. Desde un principio se sabía, yo ya lo habia visto, que iba a arrasar, le faltaban algunos años. Cuando él estaba en la cúspide, yo estaba como estoy ahora, con más lesiones que huesos sanos.

¿Qué se siente haber recibido el premio Firpo al mejor boxeador argentino de los últimos 20 años?

Nunca fui talentoso para el boxeo, el talento es otra cosa, la magia es otra cosa, yo no la tuve, pero tuve mil horas más de trabajo que muchos boxeadores que se enfrentaron conmigo. Después de tantos años de haber batallado porque mi estilo fue muy resistido, a mucha gente no le llegué a gustar, sobre todo cuando tenía más sueños que medallas. Confié en mi estilo, en mi instinto, con poco talento, pero con mucho trabajo, estuve siempre convencido al 100% de que con lo mío iba a llegar a pesar de haber recibido algunas críticas.

Siento un orgullo enorme por mis decisiones. Sentí orgullo en mis derrotas tanto como en mis victorias. Si me tocó ganar o perder, el espíritu y el alma lo puse igual en el ring.

Hace 15 años era muy difícil encontrar críticas positivas, por tener mi estilo heterodoxo, muy fuera de lo convencional, de lo conservador. Me han dicho, sos ingenuo, sos joven y todavía no te das cuenta, sos muy boludo, flaco. En esto ya está todo inventado. A las reglas no hay que romperlas, pero si se pueden doblar. Muchos dijeron, nunca va a llegar a nada.

Generaste algo muy grande en Argentina, hiciste resurgir al boxeo. ¿Tenias noción de lo que ibas a generar?

A mí me favorece la distancia, vivir lejos, por eso puedo tomármelo con calma, me entero menos de las repercusiones. Cuando mi familia me decía que en la Argentina pasaba esto o lo otro, yo no me lo creía del todo, porque era mi vieja, ¿qué madre no va a hablar bien de un hijo? Me lo tomo con calma, solo soy un boxeador, e hice mi trabajo. Fui un boxeador que tuvo buenas elecciones y se equivocó en otras tantas, pero luchó siempre para hacer lo mejor .

¿Te molesta que hay gente que hoy te critica?

La gente que siempre me quiso de corazón, esa gente siempre estuvo, está y va a seguir estando, lo demás es circunstancial. Un boxeador, para la opinión pública, es tal cual es su último combate. Yo en el último combate me cagaron a palos, perdí por paliza, y hoy soy eso. Si no hinché mi pecho el día que gané, tampoco lo voy a hundir el día que pierda; perdí, macho, perdí.

Lo di todo. Me entrené 5 meses, los últimos dos, con una fractura en cada rodilla. Lo di todo, eso me llena de orgullo. El que me quiera putear, ¿qué? Esa gente cuando la necesité no estuvo.

Con una mano en el corazón, ¿sientes que estabas al 100% para esa pelea? ¿O los tiempos del boxeo te apuraron?

Los tiempos del boxeo, pero más allá de todo, las decisiones equivocadas de uno. Yo tomé la decisión de seguir y si bien mi cuerpo se deterioraba y yo notaba que se iba deteriorando. No me arrepiento, así como en otros combates me salió bien, en este no me salió bien. No me arrepiento, pero sí podía haber suspendido la pelea, pero nunca se me cruzó por la mente hacerlo.

Para mí el momento del retiro era después de la pelea con Chávez por todo lo que había generado. ¿Te apuró la decision de pelear con Cotto todo lo que habías generado en Argentina?

Uno llega a un momento en el que por encima del dinero está la gloria. Pero no soy tonto, tengo empresas que mantener, tengo una vida que mantener, y pensaba en que ahora que podía ganar dinero no me iba a ir. Pensaba en que ahora que puedo ganar dinero, me voy a entrenar al 1000% y dar todo para llegar en perfectas condiciones. Me entrené como me tenía que entrenar, pero el día de la pelea, mi cuerpo abandonó el barco. Pensé en que, o salgo con el cinturón en mis hombros, o con las patas por delante. Es el precio al que se expone un boxeador. Me tocó ganar frente a Chávez y me tocó perder frente a Cotto.