Elprogreso/M. Quintana / Marcos Rodríguez/ —
«Nos sentimos robados»
Miki Sánchez no encuentra «explicación» a la decisión de considerar como nulo el combate entre El Piña y Manuel Punky Iglesias. El entrenador del púgil lucense se plantea reclamar ante la federación y buscar una revancha
Indignación e incomprensión. Así puede resumirse el estado de ánimo después del combate nulo que dejó a Alberto Piñeiro, El Piña, ante Manuel Punky Iglesias, sin el título de campeón de España de peso supermedio. La decisión de los jueces de declarar nulo el combate, lo que permite a Iglesias, vigente campeón, retener el título, trajo mucha polémica. Y más que dejará.
El entrenador del lucense, Miki Sánchez, se mostró claro y contundente al valorar una decisión que para él no tiene ninguna explicación. «Nos sentimos robados y no sabemos por qué. No entendemos nada de lo que ha pasado. Ahora me dirán qué pasó porque yo no lo sé, aquí no hay una explicación. Dos de los jueces, del País Vasco, dieron el combate nulo al decidir un idéntico resultado los dos (95-95 y 95-95) y aunque el tercero nos dio como vencedores (93-99) pasó lo que pasó. Ya no tenemos solución. No sabemos qué pasó», aseguró.
Caos, gritos de tongo y una decisión discutible
El caos se apoderó del final de la velada que resucitó el boxeo en Lugo. A tenor de la reacción de los boxeadores y de los miembros de los dos equipos, El Piña contaba con más opciones de ser el elegido por los jueces como ganador. Pero no. Casi. Con el árbitro en medio de los dos púgiles, agarrando de una mano a cada uno, el speaker procedió a leer la cartulina de los resultados. Según dijo, el primero dio empate a 95, el segundo también, pero el tercero dio 93 a uno y 99 a otro. Y cuando se disponía a decir para quién era esa ventaja, es decir, quién era el campeón, Alfonso Redondo (presidente del comité técnico de la Federación Española de Boxeo) se levantó y le llamó. Y el speaker, tras escucharle, anunció que el combate había sido declarado nulo.
Por tanto, Punky Iglesias retenía el título nacional. Al momento surgieron gritos de tongo, tongo y los entrenadores del Piña acudieron a la mesa a protestar. Se formó un tumulto alrededor de Alfonso Redondo mientras Punky Iglesias, muy enfadado, gritaba desde el ring: «No me jodáis, eh, no me jodáis otra vez; dos veces no, eh».
En ese momento alguien desde el público insultó al púgil asturiano, que preso de ira se pasó al otro lado de las cuerdas y tuvo que ser agarrado por un miembro del equipo de Piña y por otro del suyo. La cosa no pasó a mayores, pero el ambiente era tenso. El público no tenía claro si todo había acabado o cabía espacio para una rectificación de los jueces. Fue entonces cuando apareció Piña en escena. El lucense calmó las aguas. Pidió el micrófono y se dirigió a la afición. Dio las gracias por el ánimo recibido y lamentó no haber ganado. Desveló que el árbitro le había dicho antes del último asalto que llevaba ventaja, por lo que optó por una táctica conservadora. El final desentonó con el combate. Una pelea que terminó en empate aunque la papeleta de resultados que le dieron al speaker decía que el ganador había sido Alberto Piñeiro. Pero no. Tendrá que ser para la próxima.
