Gonzalo Campos/Foto:Daniel Pedriza/El diario Montañez — Sergio «El Niño» García se proclamó anoche campeón de Europa de peso superwelter derrotando a los puntos al francés Maxime Beaussire ante los 3500 aficionados que llenaban el pabellón Vicente Trueba de Torrelavega.
Después de tantos plantones por parte de la promotora francesa y de la inoportuna lesión del ya ex-campeón Zakaria Attou, el Vicente Trueba se vestía de gala para vivir por fin su noche histórica, con Sergio García como protagonista absoluto de una fiesta que estoy seguro de que se repetirá en muchas mas ocasiones porque Cantabria tiene campeón para rato.
El cambio de rival a ultima hora no enturbió en absoluto la estrategia de un Sergio García, que desde su pelea con Chaca nos mostró a un boxeador ya hecho y con innumerables detalles técnicos que ha ido adquiriendo a lo largo de su carrera de la mano de un preparador de los buenos como Victor Iglesias que ha conseguido pulir y evolucionar desde cero a un boxeador llamado a hacer grandes cosas.
La pelea comenzó con el francés tomando el centro del ring y con Sergio bailando y sacando su jab en unos primeros compases de tanteo.
En el segundo ya se dejaron notar ambos boxeadores, el francés presionando y en busca del centro del anillo y «El Niño» rotando con su izquierda pero ya buscando golpes serios por dentro en forma de gancho y derechas rectas, aunque aun no había conectado del todo con la pelea.
El tercero nos mostró a un Beaussire, que pese a ser un boxeador importante y de primera fila continental no estaba a la altura del cántabro, que ya habia descifrado su boxeo y que empezaba a dañar a su oponente con manos certeras al rostro, en un entrar y salir golpeando y manejando los tiempos que con la exactitud de un reloj suizo a la postre fue la clave del triunfo de Sergio.
Los asaltos transcurrían y el cántabro fiel a su guión de «pegar y que no te peguen», iba castigando a un Maxime Beaussire al que se le iba viendo abrir la boca ante un boxeador que tiene una condición física ilimitada. Sergio encontró el camino con desplazamientos constantes y proponiendo una pelea evasiva pero directa en la que el francés se desesperaba viendo como sus manos se perdían en el aire, y donde el cántabro a base de ritmo iba haciendo mella en su oponente que a la finalización de octavo estaba completamente desconcertado y que arremetía contra Sergio con mas corazón que fuerza con golpes aislados que no conseguían conectar.
Los cuatro asaltos restantes fueron mas de lo mismo, pero con Sergio derrochando excelente boxeo y con toda su afición coreando y aplaudiendo cada golpe, cada esquiva, y cada fallo de un Maxime Beaussire que no encontraba la manera de dañar al Niño que anoche sin duda fue inalcanzable para el francés.
Los jueces dieron un veredicto de 119-109, 118-110 y 120-108, que proclamaban a Sergio García como el primer campeón de Europa cántabro en una tierra que ya contaba con el mundial del gran Uco Lastra pero que no tenía aun campeón continental ya que Jose Luis Torcida, Esteban Eguia, el león de Cantabria Javier Martinez y Daniel Rasilla no lograron hacerse con un titulo que parecía maldito para el boxeo cántabro.
Pudiera parecer por mi narración que Sergio ganó anoche con la gorra en un combate fácil, pero nada mas lejos de la realidad. «El Niño» desplegó un boxeo impecable y ceñido a al guión de su esquina, ademas de vaciarse físicamente para hacer malo a un boxeador de primera fila que solo dos años atrás fue el verdugo del gran Roberto Santos.
Hay que dar la enhorabuena a Victor Iglesias por partida doble, como creador y preparador de Sergio, ademas de organizador junto a Maravillabox de una velada para la historia. Otra de las figuras clave de la consecución de esta velada y de este titulo que hace solo una semana estaba en el aire, es el manager de «Maravilla», Oscar Zardain, por su trabajo en los despachos, primero para traer la disputa del titulo a España, y segundo por lograr que uno de los cuatro mejores superwelter de Europa viniera a nuestro pais con solo una semana de plazo. Enhorabuena a todo el equipo.
