Katie fue el acido, Miriam resultó ser Oro – «Con casta de campeona»

AEBOX/México/Alessandro Diiassare/ —

¿Qué nos deja como legado la pelea entre la campeona indiscutida Katie Taylor y la madrileña Miriam Gutiérrez?

Lo que desde los primeros momentos pudimos observar una vez que sonó la campana fue la superioridad clara y contundente de la campeona Taylor. Y más aún por el casi nocaut que por nada consigue contra una retadora que se vio sorprendida, pero que no por eso se dejó hacer lo que le diera en gana a la campeona, que quería dejar de manifiesto de manera clara «el por qué es la campeona».

Desde esos primeros 10 segundos, la retadora madrileña nos dejó claro que no iba de paseo y mucho menos que solo iba por el pago. Desde esos primeros momentos brota en ella (quizá desde el fondo de su corazón o desde su ADN de la realeza) eso que se necesita para afrontar un reto mayúsculo y es: » la mentalidad o poder mental».

Para el 3er round, fue sometida una vez más a una tormenta de cuero que la conmueve hasta sus cimientos. Mas sin embargo, a pesar de ser llevada a las cuerdas que mas que cuerdas parecía un paredón de fusilamiento, contraria a rajarse responde no con lo que puede sino con lo que tiene, y es garra y casta de campeona.

Para el 4° round, después de haber pasado las de Caín, al término del mismo y al escuchar el aviso de los 10 segundos, va al frente y al mismo tiempo que suena la campana cae por primera y única vez en la pelea. Al recibir el conteo de protección e irse a su esquina con paso todavía firme a recibir asistencia y asesoría por parte de su rincón que no muestra pánico, pero sí enciende las luces de alerta.

Para el 5° round continuaba la tormenta cuando…a mitad del mismo, lanza un ataque iniciando con un uppercut de izquierda y rematando con un cruzado de derecha que hace diana en el rostro de la todopoderosa campeona Taylor que se vio sorprendida.

En el 6° round vemos una continuación del 5° para beneficio de la campeona.

7° round lo mismo, un temporal cayendo sobre la retadora que no se rinde en su propósito.

Para el 8° continúa ese clima pero que empeora en sumo grado a mitad del round, pues al ser llevada a las cuerdas soporta a pie firme el castigo, la retadora. En el noveno, el mismo ambiente temporal sobre el cielo de la retadora.

El 10º, sólo es la confirmación de todo lo visto a lo largo de la pelea: una campeona que se tomó las cosas en serio y que no le perdonaba nada a una retadora mentalizada en querer arrebatarle la corona. Porque aún en los últimos 10 segundos al escuchar el aviso del término de la pelea, lejos de hacer un boxeo elusivo la retadora, fue al frente de la línea a cerrar con todo para finalizar a tambor batiente y a pie firme fundida en un abrazo ante su rival.

Y la respuesta a la pregunta del inicio es: Nosotros para poder descubrir que aquello que tenemos entre las manos es oro debemos someterlo a la prueba del ácido. Si el ácido que cae sobre aquello a lo que llamamos oro lo mancha y corroe, no es oro. Y por el contrario, si lo pule y abrillanta, uh la lá, tenemos oro.

Taylor fue el ácido que cayó sobre aquello a lo que llamamos y resultó ser oro.

Saludos a la distancia desde la tierra del rey poeta Netzahualcóyotl, México

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