AEBOX/Vicente Campos/—Sandor Martin consiguió anoche lo que podría denominarse como la mayor sorpresa del año, cuando ganó por decisión mayoritaria al campeón mundial en cuatro divisiones Mikey García.
Los jueces vieron vencedor a Sandor con unas puntuaciones de 95-95, 97-93 y 97-93 a su favor.
García llevaba 20 meses sin subirse a la tarima, y su última pelea tuvo lugar en febrero de 2020 cuando ganó por decisión a Jessie Vargas.
Martín llegó al combate como víctima propiciatoria, aunque los que conocemos un poco a Sandor y su entorno, sabemos que su padre y entrenador, Rafa Martín, no iba a llevar a su hijo al matadero, y que si se presentaban a pelear en los EEUU no era para ponerle la alfombra roja a su rival, por muchos campeonatos del Mundo que tuviera a sus espaldas.
Hizo el combate perfecto, moviéndose, defendiendo y contragolpeando de forma precisa para dominar a García durante los diez asaltos.
García, que sufrió la segunda derrota de su carrera, piensa que hizo lo suficiente para ganar.
«Él era el que corría mucho. Pensé que estaba ganando la pelea en un enfrentamiento cerrado. Creo que hice lo suficiente para ganar los asaltos. Yo era el que atacaba, el que buscaba pelear. No hay excusas, esa es la forma en que es «, dijo García.
La primera derrota de García fue en 2019, cuando subió al peso Welter para caer derrotado ante el campeón mundial Errol Spence.
En lugar de bajar, García se quedó en la división del peso Welter.
Sandor, que aceptó la pelea en un peso máximo de 145 libras, sintió que García sería demasiado pequeño para enfrentarse a él en ese peso.
«Es una leyenda, fue un placer compartir el ring con él», afirmó Martín. «Es el mejor momento de mi carrera. Siempre dije que lo iba a hacer y lo hice”.
«Me conozco a mí mismo; conozco mi capacidad. Es un boxeador completo, pero no es un peleador natural de 147 libras».
Se desconoce si ocurrirá o no una revancha, pero García está abierto a la posibilidad, aunque Eddy Hearn ha manifestado que no existe cláusula de revancha.
