El eterno retorno: Canelo y Golovkin se citan en el ring para poner el broche a su trilogía

AEBOX/Juan Álvarez/–El eterno retorno es una concepción filosófica nacida durante la preponderancia del estoicismo en que pretende explicar el tiempo. Según dicha teoría, cada acto ocurrido y que habrá de suceder se repetirán eternamente, perfeccionándose y puliéndose cada vez que el mundo emerge de sus ruinas y vuelve a nacer.

El boxeo, el deporte hijo del tiempo, el más influido por el mismo, trae de vuelta las corrientes estoicas del pensamiento y lo hará ejecutar un capítulo más sobre el la cámara de resonancia que es el ring. Con el T-Mobile Arena de Las Vegas como escenario recurrente, el próximo sábado 17 de septiembre Saúl Álvarez y Gennady Golovkin, en una repetición de sus dos pleitos anteriores, se enfrentarán una tercera vez sobre el ring con todos los títulos de la división en juego, donde el tapatío es en la actualidad monarca absoluto e indiscutible tras subyugar a todos los campeones anteriores y dejar una ristra de actuaciones memorables en las 168 libras.

La repetición una vez más de uno de los mejores enfrentamientos entre dos de los mejores boxeadores de este siglo llega tal vez tarde, pero sin la pérdida de un ápice de atractivo para los aficionados. Un empate y una victoria para el azteca es el balance actual de esta particular guerra entre ambos.

Dificil llegar a serlo todo si se empieza de la nada. Más difícil todavía no creerse el mejor si, para divisar a tus oponentes, la mirada ha de proyectarse hacia abajo y no hacia arriba. Nacido en la última década del corto siglo XX en Guadalajara, la carrera de Saúl Álvarez cursa en estos momentos, ante todo y sobre todo, de la elaboración de rúbricas doradas a una carrera prácticamente impecable en lo que a logros y retos se refiere. Después de una corta carrera amateur de 53 victorias y un salto al profesionalismo con solo 15 años, el jalisciense ha transitado cinco divisiones con títulos en cuatro de ellas, se ha convertido en la cara visible del boxeo actual y es considerado el libra por libra para muchos aficionados y entendidos de boxeo.

La lista de nombres a los que se ha enfrentado, con múltiples campeones del mundo y miembros del Salón de la Fama nos relatan un sendero de gloria que ha sido empedrado con victorias ante los mejores rivales de la última década. Sólo dos derrotas aparecen como máculas en su hoja de servicios a las 16 cuerdas: la primera ante el invencible e invicto Floyd Mayweather y su último pleito ante un Dmitry Bivol en la división de los semipesados.

El hacer pugilístico de Canelo es ecléctico, cambiante, camaleónico. A lo largo de sus casi 60 apariciones como profesional le hemos visto fajarse como un auténtico guerrero azteca, maestro en el contragolpe y la reposición como un boxeador norteamericano, ráfagas soltadas con rápidez como amateur, golpes escasos pero calculados y devastadores como un peso pesado. En el arte de la defensa le hemos visto también desplegar sus aptitudes, donde destaca como pocos boxeadores de nuestra generación. El de Guadalajara llega con la motivación extra de redimirse de su última derrota ante el ruso Bivol y con la determinación de terminar de jubilar a Golovkin y, de paso, confirmar que, con un balance de un empate y tal vez dos victorias es netamente superior a su oponente. El tiempo lo dirá.

Nacimiento en medio de la muerte. El surgimiento y crecimiento en un país y un mundo que se agrieta y derrumba ante tus propios ojos. Aprender de todo para salir de él siendo el mejor. Mientras Gennady Gennadievich Golovkin nacía y crecía en su Karaganda natal, el país de Lenin, el que no aparece en los mapas y solo en el corazón de algunos, se extinguía. Primero soviético y luego kazajo, el joven GGG iniciaba su andadura en el boxeo como mandan los
cánones del mundo que le crio. Una interminable carrera amateur plagada de victorias auguraban un talento descomunal que no cabía en las estepas de la vasta ex república soviética ubicada en el corazón de Asia Central.

44 combates profesionales. 42 victorias y 37 de ellos sin contar con el veredicto de los jueces. 20 defensas de título en los pesos medios superando el reto del alien Bernard Hopkins. El kazajo es, aún sin retirarse, el probablemente más dominador peso medio de todos los tiempos por durabilidad en su trayectoria y efectividad. Una auténtica picadora de carne con dos amoladoras como puños. Una pegada inaudita, temible. Heredero del estilo mejicano, influencia de su antiguo entrenador Abel Sánchez, y la rectitud en el ser y entrenar aprendida y aprehendida de su etapa como deportista amateur soviético. La historia de Golovkin es la de un boxeador tan bueno que el resto de los boxeadores buenos no quisieron enfrentarle, algo que desluce su palmarés que, sin embargo, cuenta con grandes nombres como víctimas que no pudieron hacer nada ante su empuje. El tiempo, ese al que no se comen los lobos, ha hecho estragos en su desempeño y a pesar de que la pegada es lo último que pierde un boxeador en sus últimos combates, que también ha ganado, ha lucido excesivamente cansado y lento de reflejos. La tercera pelea con Saúl Álvarez llega tarde, muy tarde para Golovkin, y el resultado será de suerte o muerte.

¿Qué podemos esperar del combate? Canelo debe ir hacia delante. Debe vencer, convencer y apabullar. Después de su mala pelea ante Bivol y, sobre todo, de la sensación que dio de tenerla ganada y estar pensando ya en una futurible subida a la división de los cruceros, la vuelta a los supermedios le debe dar esa combinación de potencia y rapidez de la que hace gala en las 168 libras, donde es prácticamente invencible. En el segundo combate contra Golovkin, en el que gana de manera más clara tras hacer ajustes del primer empate, el mexicano se paró a intercambiar y durante momentos incluso hizo retroceder a Golovkin, obligando a éste a pegar en retroceso. El mayor peligro que corre Canelo es recibir una mano clara de Golovkin y caer, algo que por otra parte nunca ha ocurrido. El mexicano, además,
debe aprender de los errores del pasado. Tanto en la primera pelea contra el kazajo como contra Bivol se prodigó demasiado en la defensa con pegado a las cuerdas, donde el mexicano se siente cómodo pasando golpes pero que le hace perder asaltos. No debe ir a demostrar que GGG no es capaz de alcanzarle. La única opción de reconocimiento total que tiene el Canelo es noquear.

La papeleta de Golovkin, por su parte, es más complicada. No ha sido capaz de ganar a Saúl en los dos primeros pleitos, donde estaba en su práctico pico de rendimiento. Contra Murata, a pesar de ganar, se le vio con respiración forzada, algo lento y pasándolo mal en el plano físico.

Ya en la segunda pelea contra Canelo los minutos entre asaltos del kazajo se centraban más en la recuperaciónfísica que en el ajuste boxísitico. Golovkin se la tiene que jugar en los primeros asaltos, teniendo en cuenta que el declive físico en lo que se presume una pelea intensa le puede llevar a vaciar el depósito de combustible llegando a los asaltos de campeonato. Debe ir a noquear a Canelo en la primera mitad de la pelea o sus opciones, como si de unas asíntotas
se tratasen, tenderán a cero conforme se acerque el restallido final de la campana.

Una repetición más. 12 asaltos más. Dos de los mejores boxeadores de la última década firmarán el sábado el cierre de la última gran trilogía que nos ha dado el boxeo. Sonará la campana inicial y, con todos los marcadores a cero, Canelo y Golovkin se volverán a ver las caras cumpliendo dentro del cuadrilátero la teoría del eterno retorno.

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