Sandor Martín se enfrenta a Teófimo López en el último escalón antes de disputar un título mundial

AEBOX/Juan Álvarez/–Llega la prueba final. El rival idóneo. El coliseo definitivo. El próximo 10 de diciembre Sandor Martín se enfrentará a Teófimo López en eliminatoria mundialista por el título mundial de los Superligeros en el Madison Square Garden de la Gran Manzana. 

Después de la rencorosa y maligna indiferencia. El trato con el que se le llevó a Estados Unidos, donde le colgaron del cuello el cartel de víctima ante un campeón del mundo en cuatro divisiones. Risas jocosas provenientes de un mundo en el que los boxeadores españoles terminaron al desaparecer Poli, Kiko y Castillejo. Analistas para los que los nuestros se ahogan al cruzar el Rubicón del Atlántico. Los que empuñan micrófono y pluma sin haberse calzado los guantes, pero aseguraron bajo juramento que tu techo es Europa. Los que no creen que seas capaz de conquistar el mundo. Los que después de vencer a Mikey García hablan de suerte, de la decrepitud del adversario y no del sudor vertido en el gimnasio.

La revolución de los Superligeros, división apisonada bajo el acero del tartán de Josh Taylor, amenaza con ver su tranquilidad por nosotros, por uno de los nuestros. La historia de cómo Sandor Martín se ganó el respeto de todos en Fresno al vencer a Mikey García es la representación fidedigna del camino de redención del boxeo español. Auténticos campeones tratados como jornaleros, desprecio absoluto a nuestra historia y a nuestros pioneros que ganaron importantes combates y títulos, olvidados deliberadamente y enterrados en las arenas de los tiempos.

Atrás quedan las dudas sobre Sandor y sobre si se adaptaría a Estados Unidos. Si la presión de pelear contra García sería demasiado. Ha vencido y su nombre ya está escrito de manera indeleble en los anales del boxeo español.

Boxísticamente quedan pocas dudas sobre Sandor. Complicado como todos los zurdos, en su movilidad extrema está la llave de su éxito. Un problema que no por conocido por sus rivales está resuelto. Su capacidad para escabullirse de las cuerdas y ocupar el centro del ring, de la misma manera en la que es capaz de cambiar de la larga a la corta distancia tiene que ser la baza que juegue el nuestro contra el excampeón de los Ligeros. Como factor en contra, la escasa pegada de Sandor a pesar de su puntería, algo en lo que deseamos que se esté trabajando para convertirle de esta manera en el campanazo en la división de los Superligeros.

Teófimo López en la esquina rival. El hombre al que, antes de verle, le escuchas desde kilómetros de distancia. A él y a su numeroso entorno, empezando por su padre. Talentoso como pocos, su arrogancia y autoestima se ven refrendadas por su desempeño en el cuadrilátero, sin mancha de calidad. Campanada contra el todopoderoso Lomachenko al que durante seis o siete asalto catequizó en el cuadrilátero para unificar las coronas de los Ligeros; tremendos desempeños contra grandes rivales como Commey que ya venían confirmando que estábamos ante un boxeador animoso, divertido de ver y especial.

Duro revés en su carrera su derrota contra el ultramotivado Kambosos, que desde que le obligó a levantarse de la lona en el primer asalto de su pleito no le dejó comodidad alguna. Falta de preparación y poca concentración, covid, problemas con el peso… la ristra de excusas emitidas por la cámara resonadora en la que se ha convertido su padre le hizo, por desgracia para él, abandonar la división de los Ligeros con una mano delante y otra detrás.

Pronóstico reservado el de este encuentro de puños entre la promesa española que viene con aviso de tres semanas para el pleito y el campeón que busca una nueva división en la que reinar. A pesar de que todas las estadísticas y guarismos parecen favorecer al excampeón de los ligeros, ojo con Sandor. Pocos boxeadores tan fuertes mentalmente como él. Para él ser campeón del mundo no es un plan, ni un sueño, es un destino que ya está escrito de manera indeleble en piedras ancestrales. Su cometido es solamente cumplir lo ya predicho.  Sandor tiene muchas más opciones de ganar de las que creemos.

El plan de Teófimo López debe ser usar su potencia para ir dañando a Sandor a lo largo de los asaltos y, poco a poco, dinamitar la humanidad rival hasta buscar el KO. Teo, poco amigo de las decisiones de los jueces, conserva y aumenta su pegada al subir de división y su plan pasa por la aplicación de cloroformo a nuestro compatriota. Por su parte, la movilidad de Sandor y su capacidad para generar y aprovechar espacios debe ser la llave. Una vez que Teo se vaya cansando será su oportunidad de ir ganando asaltos y, quien sabe, si buscar el KO.

Sábado 10 de diciembre en el MSG de Nueva York, El mismo lugar en el que Paulino Uzcudun peleó contra Joe Louis hace 87 años verá de nuevo a un español luchar por la cima boxística. Sandor está a un paso de conseguirlo. Solo le queda el último peldaño.

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