AEBOX/Vicente Campos/—Una de las peleas históricas y que quedarán para siempre en la memoria de los aficionados es la protagonizada por la Leyenda mexicana Julio César Chávez y por Meldrick Taylor el 17 de Marzo de 1990. Una pelea que además de los aficionados, los propios protagonistas nunca olvidarán. Por un lado Chávez, quien la nombra como una de las peleas más duras que ha tenido en su carrera. Y por otro lado, cómo no, Medrick Taylor, quien como él dice, cayó derrotado por dos segundos.
Dos segundos es el instante de tiempo que marcó la vida de Meldrick Taylor, dos segundos que lo separaron de una victoria histórica sobre la estrella mexicana Julio cesar Chávez aquella noche aciaga de marzo de 1990.
Casi 20 años después, en 2009, Meldrick Taylor escribió un libro sobre sus memorias, en las que cuenta sus impresiones acerca de aquella pelea.
Y el título del libro lo dice todo: “A dos segundos de la gloria”. En su libro, Meldrick Taylor escribe sobre el doloroso recuerdo de su pelea con Chávez.
“En el tercer round me metió el pulgar en el ojo y me nubló la visión. Todo se me empezó a mover, me decepcioné un poco pero mantuve la esperanza. No podía creer que mi esquina no tuviera una plancha para desinflamarme el ojo. Tenía una inflamación en el párpado«.
«Esta pelea era demasiado importante como para no tomar todas las precauciones necesarias, sobre todo, considerando la magnitud de la pelea. Pensaba lo extraño que era, que mi cutman me metiera vaselina en la nariz, porque eso me impedía una mejor respiración.También me puso vaselina en las cejas, y estaba sudando tan profusamente, que me empezaba a quemar los ojos. El cutman me intentaba frenar la inflamación con una bolsa de plástico llena de hielos. No puedo ver, tengo visión borrosa. Veo tres imágenes de Chávez», le decía a mi entrenador Lou Duva. «Pégale al de en medio», me respondió.
Pero Taylor cometió un error, un grave error que nunca debió cometer al tener enfrente a un boxeador con la pegada terrorífica de Chávez…
“Abandoné mi estrategia de boxear, de pegar y salir. Decidí quedarme lo más cerca posible de Chávez, porque tenía mayor oportunidad de conectar golpes.”
“Mi vista no estaba bien. Veía dos Chávez enfrente, y cambié toda mi estrategia para compensar la falta de visión. Le estaba ganando adentro, atacando el cuerpo con dobles y triples ganchos”.
Pero en esa distancia, Chávez conectó a Taylor. Ahora era pegada contra pegada, y Julio destrozaba a Taylor con golpes arriba y abajo que lo iban minando.
“Se suponía que ese tipo de pelea era el de Julio César Chávez. Intercambiamos muchos golpes. Sin embargo, yo me estaba llevando más desgaste. En los últimos rounds de la pelea, estaba peleando solo con valentía e instintos, intercambiando golpes tremendos. Le metí mucho corazón para seguir en la pelea y dar una guerra a pesar de mi condición”.
Pero llega el momento crucial de la pelea, y ahí es donde se queja Taylor, y con él muchos aficionados, aunque otros pensamos que la victoria de Chávez fue correcta…
«Cuando Chávez me mandó a la lona me levanté rápido, en eso me di cuenta de que mi entrenador (Lou Duva) subió las escaleras hacia la esquina del ring; me estaba mirando y eso me distrajo, es por eso que no estaba mirando al referí, pero estaba totalmente consciente de todo lo que ocurría a mi alrededor. Escuché al referí preguntarme que si estaba bien, a lo que le respondí asintiendo con la cabeza, diciéndole que si, que me encontraba bien».
«Richard Steele no se dio cuenta de que faltaban 10 segundos para que la pelea terminara, si el se hubiera dado cuenta de eso, sabría que no debía parar la pelea, pero él, de forma despiadada, ignoró eso y me paró la pelea. Faltaban 2 segundos para que sonara la campanada final, a 2 segundos de la gloria, Richard Steele me paró la pelea. Yo estaba confundido y no podía creerlo. Sin duda me robó la pelea. Hicieron ver a Chávez como si hubiera hecho lo imposible, fue dramático para todos, pero traumático para mi. Todo el mundo vio la injusticia en esa decisión».
A partir de ahí, los aficionados opinan…