`Guardia baja, paso corto y mirada larga´… por Juan Álvarez

AEBOX/Juan Álvarez/Foto por Andrés Soriano Photo/ — El boxeo no es un deporte de hombres. Es un deporte para todo aquel que tenga la determinación de introducirse en el ensogado y demostrarse a sí mismo y a los demás que es mejor que la persona que tiene enfrente.
Aunque tradicionalmente es evidente que todos los deportes y también el boxeo han sido copados por varones, poco a poco encontramos mujeres que van abriendo grietas en una disciplina granítica.

Es ahí donde aparece nuestra protagonista, una boxeadora española que a base de golpes no deja de aporrear las puertas de la gloria y la notoriedad pública, exigiendo lo que, de ser hombre, ya habría obtenido. Joana Pastrana, oriunda de Madrid, peleará este próximo sábado 28 de marzo por el título de la EBU del peso mínimo contra Catalina Díaz en Moralzarzal.

La trayectoria de Pastrana y su background (15V-2D- 5KO) cuentan la historia de una “Million Dollar Baby” que ha pasado de manera meteórica de sus primeros contactos con el noble arte a disputar cetros mundiales en menos de 5 años. Su historia, al igual que la de la mayoría de púgiles, habla de una heroína de la clase obrera, una camarera como tantas otras, que vio en la dulce ciencia del pugilismo además de una diversión un medio de vida que, a pesar de lo exiguo que da en el plano económico (más si lo tenemos en cuenta lo precario del boxeo en España, a lo que añadimos el sesgo de género) le podría reportar una suerte de satisfacciones personales y notoriedad con la que pocos podemos soñar. Tras un amateurismo que comienza en 2013 en Madrid, en 2016 ya comienza a forjarse a fuego un nombre en el escenario nacional e internacional al conquistar ese mismo año el cetro europeo del peso mínimo; se convertía en la primera mujer en ostentar ese trono y habría el camino para lo que vendría después en una cascada de mejoras a nivel técnico que parecía no tener un final visible.

Pero el boxeo, en su inherente reflejo de que, como la vida, te hace poner los pies en la tierra cuando pareces estar cerca de tocar el cielo, le hizo cobrar un duro peaje que tarde o temprano aparece en este deporte: en su pleito contra Tina Rupprecht por el título Silver del Consejo Mundial de Boxeo se rompió la mano derecha en el segundo round. A pesar de las dificultades, Pastrana demostró una vez más que es todo corazón y esa mano rota estuvo cerca de acariciar la gloria y llevarse el título de vuelta a España, ya que perdió la pelea estipulada a diez rounds por un solo punto.

Tras esta derrota, como las grandes leyendas de este deporte, Pastrana salió reforzada anímicamente, consciente de que el boxeo no es un deporte más, en éste la diferencia entre la victoria y la derrota es sólo una fracción de segundo; un mal golpe, un mal movimiento. De esta lesión, además, salió reforzada en el plano técnico, obligada a reconvertir su estilo mientras la lesión del metacarpiano de su mano derecha persistía; como uno de los dioses del Olimpo boxístico, Julio César Chávez, la lesión en la mano derecha le hizo adquirir una potencia y técnica prodigiosa con la mano izquierda.

Tras este revés, nuestra protagonista retomó el sendero de la gloria boxística reteniendo su cetro europeo contra la húngara Hachbold en 2017 y consiguiendo en 2018 el título mundial de la Federación Internacional de Boxeo contra Oezlem Sahin. Tras su victoria ese mismo año contra Arrazaola, vendría una nueva derrota en su defensa del título mundial a manos de Yokasta Valle. Tras la derrota, Pastrana confesaría que peleó 9 rounds con una lesión en la muñeca que le impidió su normal desempeño.

En el apartado técnico, el estilo pugilístico es espectacular. Aprovechando un alcance de casi 1,80m, una barbaridad para la división en la que pelea, se puede permitir el lujo de mantener a raya a sus rivales con su jab y cuando éstas quieren penetrar en su defensa, contragolpea con una inteligencia y rapidez al alcance de muy pocas en su división. Su característica guardia baja ocupando el centro del ring mientras espera la oportunidad de golpear a sus rivales es una de sus señas de identidad. Su dominio del jab y del contragolpe no quitan que, cuando sea necesario, Pastrana se plante en el centro del ring a intercambiar metralla con quien esté dispuesta a soportar sus golpes.

Joana Pastrana se ha repuesto de su lesión y derrota en la última pelea de título mundial y este próximo mes se prepara de nuevo para el asalto a título europeo. La líder de la manada del gimnasio “Guantes de Lobo” está en pleno ascenso y podrá conseguir paso a paso todo lo que se proponga si hace las cosas como hasta ahora: guardia baja, paso corto y mirada larga.

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