Al boxeo no se juega – ¿Hace bien al boxeo la proliferación de esta nueva moda de las exhibiciones?

AEBOX/Gonzalo Campos/ — El efecto llamada que han tenido las presentaciones de Julio César Chávez o Mike Tyson en combates de exhibición, han convertido el mundo del boxeo en un verdadero éxodo que va a traer de vuelta a multitud de ex-boxeadores que ven en este tipo de eventos una magnifica opción de volver a rentabilizar carreras deportivas que finalizaron hace años, y que en muchos casos, nos presentaron a deportistas entregados al alcohol y las drogas y que arrastraron su nombre y legado en sus últimas actuaciones.

¿Estoy a favor de las exhibiciones? Definitivamente no, y les voy a explicar el porqué. El boxeo es un deporte de máxima exigencia física y mental que requiere una entrega absoluta, no solo por el esfuerzo que se lleva a cabo en la practica competitiva, sino porqué es uno de los pocos deportes que penalizan el error con daños físicos y psíquicos. En el boxeo si cometes un error no te marcan gol o te anotan un punto. Sencillamente, te golpean.

Un mercado persa en el que por un puñado de dólares cualquier exhibición puede contar con un cinturón verde

Los organismos que deberían poner orden, se suman al circo

Organismos como el Consejo Mundial de Boxeo, lejos de mantener e incrementar el legado de José Sulaimán en materia de cuidado a los deportistas y de velar por la salud del boxeo en todos sus frentes, vive hoy sus peores momentos en cuanto a prestigio y credibilidad, convirtiendo la entidad en un mercado persa en el que por un puñado de dólares cualquier exhibición puede contar con un cinturón verde, cuya entrega debía ser sagrada por respeto a los que dejaron su sangre y salud para lograrlo.

Chávez, Tyson, Morales, Barrera, Márquez, son la punta del iceberg de una lista que irá en aumento si las contraprestaciones económicas empiezan a ser importantes y si los organismos dan el mal ejemplo que está dando el WBC, y siguen ofreciendo cobertura «oficial» a este tipo de eventos nada saludables. ¿Se va a responsabilizar Mauricio Sulaimán de un posible accidente que dañe la salud de uno de estos deportistas, que se encuentran muy lejos de su mejor momento, pero que muchos años después se suben al ring a recibir golpes? Evidentemente no. Se lavará las manos y continuará su actividad con total normalidad.

Situaciones como la exigencia de Mike Tyson de no analizar el consumo de Marihuana en sus análisis antidoping es la prueba definitiva de que nos estamos volviendo locos

Como aficionado…

Como aficionado, lo que siempre me ha motivado a ver boxeo, es el hecho de disfrutar la lucha entre dos deportistas en plenitud física que se baten en igualdad de condiciones en una competición reglada. Situaciones como la exigencia de Mike Tyson de no analizar el consumo de Marihuana en sus análisis antidoping, es la prueba definitiva de que nos estamos volviendo locos, y de que alimentamos la nostalgia a costa de espectáculos de quinta categoría, que como en el caso de Mike Tyson, que hace constante apología del consumo de drogas, se encuentra en las antípodas del mensaje y de la imagen que debe proyectar cualquier practica deportiva seria.

Me encantó vivir y admirar la carrera de Julio César Chávez, la de Mike Tyson, la de Erik Morales y la de tantos otros deportistas que derramaron sudor y sangre para emocionar al publico y convertirse en leyendas, pero hoy lo que realmente me interesa ver son las evoluciones de Teófimo López, Tyson Fury, Canelo Álvarez, y todos aquellos deportistas en activo que lo primero que nos ofrecen es juventud, dedicación, y algo que creo que es una de las claves y la esencia del propio deporte, y es comenzar la competencia con un resultado incierto.

Cuando siento añoranza por alguno de los deportistas que me han marcado, o por aquellos combates épicos que nos dejaron sus acciones grabadas en la retina para siempre, me sumerjo en YouTube, y sacio mi sed de nostalgia volviendo a ver en plenitud a todos estos grandes gladiadores, que ahora protagonizan eventos que en breve empezaran a competir con las peleas serias por los espacios televisivos y que no ofrecen otra cosa que la decadencia de un deporte demasiado serio para ser mancillado, entre otras cosas por una máxima que siempre lo ha acompañado, y es que «al boxeo no se juega».

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