Canelo VS Plant: monopolio de la violencia

AEBOX/Juan Barrena/–Una de las sentencias más famosas del sociólogo alemán Max Webber decía que el estado se define en su más profunda esencia, ante todo y sobre todo, por el uso legítimo de la violencia y la exclusividad de este uso. Puño de hierro allá donde no llega el apretón de manos. Ordenar y mandar. Allá donde varias fuerzas sean capaces de aplicar la violencia sobre la población, no habrá Estado legítimamente consolidado; donde el Estado sea el único detentor del acero, habrá autoridad.

Las diferentes divisiones que el boxeo profesional alberga se pueden constituir como diferentes estados a los que aplicar esta lógica. A más campeones y cinturones en diferentes cinturas, más grande la confusión, la ebullición y la incertidumbre por saber cuál de todos esos nombres se puede erigir como el legítimo mejor. En la división en la que todos los organismos tienen a un mismo púgil como campeón, llega la paz.

El próximo sábado 6 de noviembre en el MGM Grand de Las Vegas, una de las mecas del boxeo por antonomasia, asistiremos a la resolución de este enigma en el “estado” de las 168 libras. Todos los cinturones (AMB, CMB, OMB, FIB y Ring) se pondrán en liza en una de las peleas de unificación de la década que enfrentará a Saúl “Canelo” Álvarez contra Caleb “Sweethands” Plant.

Saúl Álvarez en la esquina del favorito. De Guadalajara, Jalisco, México. Clima árido, bebidas fuertes, peleadores aguerridos. Lejos de Dios y cerca de Estados Unidos. 31 años alumbran la existencia del mayor fenómeno comercial del boxeo actual, 15 de profesional y muchos más conociendo el tacto interior del guante de cuero, la abrasión de la comba, la viscosidad de la vaselina en la frente. Campeón de 4 divisiones diferentes de peso (superwélter, medio, supermedio, semipesado) y, salvo el reciente bochorno contra Yildirim, una galería de campeones que sucumbieron ante sus capacidades boxísticas. Su única derrota, contra el mejor boxeador de nuestra era y uno de los mejores de todos los tiempos, el rey Midas Floyd Mayweather. De conseguir la victoria el sábado sería el primer azteca en conseguir los cinturones de todos los organismos de manera simultánea en la misma división. 

A la llegada de esta pelea de unificación con Caleb Plant, boxísticamente Canelo ya ha resuelto todas las incertidumbres que la dulce ciencia le ha ido presentando combate tras combate. Ha enfrentado a boxeadores altos y finos, anchos y bajos. Estilistas y fajadores. El trabajo en coalición con su entrenador de siempre, Eddy Reinoso, le ha permitido adaptar diferentes estilos de pelea, complementarlos, adaptarlos, evolucionarlos. Con reciente gusto por la defensa estilista y el contragolpeo al cuerpo, también ha demostrado contra rivales como Gennady Golovkin, tal vez el que le aportó el salto cualitativo final, que está dispuesto a plantarse e intercambiar cuero a aquel que se atreva.

Caleb Plant de teórico aspirante, aunque también es campeón. Si el bagaje y lo sentimental que arrastramos definen nuestras metas y ambiciones, Plant será campeón del mundo de boxeo y de lo que se proponga. Una promesa sobre él, pesada como roca viva, le empuja a correr más, pegar más duro, ser más rápido. Su hija Alia falleció a los pocos meses de nacer debido a problemas cerebrales y, desde entonces, el único fin en la vida de Plant es la aniquilación del rival como póstumo homenaje a la memoria de su hija, porque, aún después de muertos y desaparecidos de este mundo, somos lo que recuerdan de nosotros y lo que nuestros seres queridos hacen para honrarnos.

Plant es el tipo de boxeador al que queremos ver. Jab de martillo pilón, duro y rápido, que ejecuta de manera encadenada en series de hasta cuatro o cinco, percutiendo el rostro del rival y manteniendo alejado, aprovechando su alcance de casi 1,90m. Desplazamientos laterales rápidos y siempre orientados a la siguiente ejecución del golpe. A pesar de estar invicto en sus 21 pleitos profesionales, pocos rivales de renombre aparecen en la lista de víctimas de Plant, entre los que se pueden destacar a José Uzcátegui. En su última reunión de puños contra Caleb Truax, Plant no lució precisamente bien y se dedicó tanto a dosificar y a no desgastarse que lució agrio como cicuta, provocando la aparición de las tarjetas de los jueces tras 12 asaltos de calma tedia. 

Sobre el papel y ejerciendo el rol de historiadores ficción, podemos entrever que, al menos en los primeros asaltos, el desarrollo de las acciones será muy igualado. Previsiblemente Plant será incisivo y repetitivo con su jab, lo que le puede hacer ganar algunos de los primeros asaltos frente a un Canelo que, con la paciencia del Santo Job, esperará su momento.

Pasado tal vez el ecuador del pleito y una vez engrasadas las salas de máquinas con toda probabilidad se asistirá a un desempeño en la media y corta distancia donde la incertidumbre radica en ver si Plant tendrá respuesta a las detonaciones corporales que Canelo ha usado en sus últimos combates.

Unificación de títulos en las 168 libras el próximo 6 de noviembre en el MGM Grand de Las Vegas. Canelo contra Plant. Solo uno de los dos saldrá con el brazo en alto, limpiará la división de rivales y obtendrá el monopolio legítimo de la violencia. 

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