Canelo vs Golovkin, tenso cara a cara en Los Ángeles

AEBOX/Gonzalo Campos/Foto: Michael Owens/Matchroom.

El Hollywood Legion Theater de Los Ángeles fue ayer el escenario de la vuelta de un herido Saul «Canelo» Álvarez, que con el orgullo tocado tras su reciente derrota frente al ruso Dmitry Bivol trató de escenificar su versión mas ruda y desafiante.

Su rival, Gennady Golovkin asistió a la presentación manteniendo en todo momento la mirada al astro mexicano, pero con cara a veces, de no entender la hostilidad del de Guadalajara.

A Saúl «Canelo» Álvarez no le importó dinamitar la paz del encuentro y declarar lo que piensa del ex-campeón kazajo.

«Él es dos personas diferentes», dijo Álvarez sobre Golovkin durante la conferencia de prensa. «Pretende ser un buen tipo pero no lo es. Es un imbécil. Realmente lo es. Pretende ser un buen tipo. ‘Oh sí, sólo estoy aquí por los fans y soy feliz’. Luego, en otros lugares, sólo habla un montón de mierda. «Es lo que es. Sé un hombre y di lo que quieres decir».

Álvarez (57-2-2, 39KOs) ha dado a conocer sus sentimientos hacia Golovkin durante todo el tiempo que ambos han estado en el punto de mira del otro. Por fin llega un tercer enfrentamiento, con un Álvarez, que debe defender su indiscutible campeonato de peso Supermedio el 17 de septiembre en el T-Mobile Arena de Las Vegas.

La superestrella mexicana llega herido en su ego tras sufrir una decisión unánime en doce asaltos ante Dmitry Bivol (20-0, 11KOs) en un intento fallido por el título de peso Semipesado de la AMB, también en el T-Mobile el pasado 5 de mayo. El mismo lugar acogió los dos combates anteriores entre Álvarez y el kazajo Golovkin (42-1-1, 37KO), que viene de noquear en el noveno asalto a Ryota Murata para unificar los títulos de peso medio de la AMB y la FIB el pasado mes de abril en Saitama, Japón.

La batalla de la trilogía -que fue acordada antes de la derrota de Álvarez ante Bivol- se produce cuatro años después de su revancha de septiembre de 2018, donde Álvarez recibió una victoria por decisión mayoritaria para dar a Golovkin (42-1-1, 37KOs) su única derrota y reclamar los títulos de peso medio del CMB y la AMB. Ese combate tuvo lugar exactamente 52 semanas después de que Golovkin tuviera que conformarse con un muy cuestionable empate por decisión dividida en doce asaltos.

Es comprensible que Golovkin no quisiera volver al T-Mobile -o a cualquier lugar de Las Vegas- para una tercera pelea con Álvarez. Hizo sentir sus sentimientos por el veredicto de su primera pelea, así como el escándalo de pruebas de drogas de Álvarez a principios de 2018, que resultó en una suspensión de seis meses y el aplazamiento de su revancha planificada para mayo de 2018. Golovkin y su equipo montaron esa línea argumental hasta la noche de la pelea, para después para salir mal parado en las tres tarjetas de puntuación.

Desde entonces, Álvarez se ha convertido en la mayor atracción, al menos en Norteamérica, al ganar un título en el peso semipesado y convertirse en el primer campeón indiscutible del peso Supermedio en los más de 40 años de historia de la división. Sus ingresos en el cuadrilátero y sus patrocinios le han colocado entre los deportistas mejor pagados del mundo.

Por su parte, la carrera de Golovkin ha pasado desapercibida, incluso después de haber sido coronado como bicampeón unificado del peso Medio. Sólo cuatro peleas han seguido a la derrota ante Álvarez, incluyendo un gran susto al apenas superar a Sergiy Derevyanchenko en su enfrentamiento por el título vacante de la FIB en octubre de 2019. El plan era escenificar una tercera pelea con Álvarez mucho antes. En cambio, aceptó a regañadientes jugar el juego largo y se mueve hasta el límite de peso Supermedio por primera vez en su carrera, todo mientras ha celebrado recientemente su 40 cumpleaños, lo que trae la duda de si estará demasiado lejos de su mejor momento para la noche de la pelea.

Sin embargo, la superestrella mexicana, que tiene el mundo al alcance de la mano, sigue guardando rencor y ahora busca un cierre.

«Es muy personal para mí», admitió Álvarez, un punto de vista que ha mantenido desde el momento en que se confirmó el combate de la trilogía. «Esta es mi forma de ser. No pretendo ser otra persona. No digo cosas a los medios de comunicación y en otros lugares, y luego vengo aquí y pretendo ser otra persona. No digo nada que no quiera decir. Es algo personal para mí.

«Habló de muchas cosas. Ya sabéis, chicos. Por eso es personal. No puedo esperar a estar en el ring».

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