AEBOX/Gonzalo Campos.
El campeonisimo Kiko Martínez ha vuelto a coronarse esta noche en el Wembley Arena, donde ha destruido literalmente al británico Jordan Gill en cuatro asaltos que le coronan 15 años después nuevo campeón continental.
Kiko comenzó tranquilo en un primer parcial sin sobresaltos en el que no quiso cometer errores.
En el segundo ya vimos a «La Sensación» en modo destructor y un gancho de izquierda hizo mella en la humanidad de un Jordan Gill que tras la campana que finalizaba el asalto se fue a su esquina con el alma y el ojo cortado como consecuencia de un golpe.
El tercero fue una autentica avalancha por parte del de Torrellano, que maltrató al ingles a base de golpes de todas las facturas, que le enviaron a la lona en dos ocasiones con la cara completamente ensangrentada y la mirada perdida.
El cuarto fue la culminación de una demolición bien ejecutada. Gill trató de salir de los problemas del asalto con valentia, pero fue herido por otra derecha terrible. A esas alturas, su cara estaba hecha un desastre y un derechazo lo derribó por tercera vez. Ya no había escapatoria cuando un gancho de izquierda dejó al britanico de espaldas y sin defensa.
Gill superó la cuenta, pero el árbitro Gisseppe Quarterone la anuló, ya que el entrenador de Gill estaba preparado con la toalla para definitivamente terminar con el calvario. El tiempo oficial fue de 2:44.
A este boxeador no hay quien lo retire y cada vez que pretendemos insinuar su retirada nos sorprende con una nueva victoria en un Wembley Arena que ya le ha dado mas alegrias que disgustos y que de seguir así se va a convertir en su recinto fetiche. Enhorabuena a un boxeador de época para el que ya se nos han acabado los adjetivos.
Además del título europeo (lo ha ganado dos veces en el peso supergallo y otras dos en el peso pluma), se trataba de una eliminatoria del título pluma de la FIB. En lugar de una tercera pelea con Warrington, Martínez dijo que estaba interesado en enfrentarse al campeón de la AMB, Leigh Wood.
